Reír es cosa sería

 

Ella dice que la suerte siempre le ha sonreído. Seguramente es así, pero además esa buena estrella se ha combinado con porciones a partes iguales de carisma, talento, trabajo y belleza. Esta escorpiana de treinta años nacida en La Guancha, ha encontrado su lugar en la televisión canaria. La conocemos sobre todo como presentadora de “En Clave de Ja” -programa de humor canario que lleva nueve años con máxima audiencia- y, últimamente, por su trabajo en “La Revoltosa”, serie donde se estrenó con un papel protagónico. Pasó por televisoras locales, por Televisión Española y por Cuatro, donde condujo el programa “Supermodelo 2008”. Ha sido imagen de varias campañas publicitarias, y puso voz y belleza a campanadas de fin de año, galas y carnavales.

Nos encontramos en la Plaza del Charco del Puerto de la Cruz para tomar algo y charlar a gusto. Eloísa viene acompañada por su perrita y con un par de horas para dedicarnos. Muchos pasan, la reconocen y la saludan; algunos hasta se animan e intercambian un par de palabras con ella, siempre tan cariñosa y cercana.

Eloísa, la gente ya te toma como de la familia, ¿no?
Sí, y me tratan con mucho cariño y respeto. Yo siento que la gente me quiere, que se acerca a saludar y es una satisfacción cuando me hablan de los personajes del programa...

Sabemos mucho de tu carrera profesional, pero muy poco de cómo eras de niña.
¡Nunca me habían preguntado nada de mi infancia! La pasé en La Guancha y fue como la de cualquier niña, muy feliz. Tengo recuerdos muy bonitos en familia, con mis primas y mis tíos.

¿Hija única?
Sí.

Habrá cambiado mucho La Guancha desde tus tiempos de cole...
La verdad es que sí y ha cambiado para mejor. La plaza preciosa, un campanario estupendo que renovaron hace algunos años... Antes había poquitas tiendas, en cambio ahora hay más de todo. Tengo buenos recuerdos del colegio aunque como me vine a vivir al Puerto de la Cruz a los 18 años, no conservo muchas amistades. Eso sí, subo cada vez que puedo porque tengo muchos afectos, familia y amigos de mi madre. Además adoro los animales y colaboro bastante con la perrera de La Guancha. Esta perrita también es de allí.

Tienes dos perros, dos gatos y dos conejos.
Desde pequeña me encantan los animales igual que a mi madre y como ella me apoya aprovecho ahora que tengo casa nueva y más espacio. Me demandan mucho tiempo y los cuido un montón: es como tener hijos. Pero yo con los niños, como que todavía no.

Tus comienzos fueron en televisoras locales, con 17 años.
Todo fue un poco loco, gracias a una oportunidad que me dio Canal 7 del Atlántico y su director, Paco Padrón. Salía a la calle cámara y micrófono en mano... incluso hice reportajes de fútbol ¡sabiendo solamente que el balón era redondo!... Ahora es cuando pienso qué fuerza tan grande te da el tener un micrófono al alcance. Además, presenté galas de carnavales lo que también me dio mucha soltura sobre el escenario. Y fue genial, porque descubrí que era eso lo que quería hacer... Afortunadamente o no, pasé directamente y sin hacer casting a Televisión Española (TVE) y conduje un programa diario de verano y en directo que se llamaba “La sombrilla” -y funcionó genial. Más tarde, enganché “Las mañanas de TVE-Canarias” con Roberto Herrera -él presentando desde Las Palmas de Gran Canaria y yo desde Tenerife.
Luego vino el programa de humor, que arrancó en TVE y se llamaba “Desde La Laguna con humor”. El ayuntamiento lagunero y su concejal de cultura apostaron fuerte para poder realizar el proyecto. La idea que tenía el director del programa Ramón Rodríguez, era la grabación de una puesta de teatro con público en un bar precioso y con un encanto tremendo, el bar El Capitel.

Y tú presentando...
En realidad no... (y sé que el director se cabreará por lo que diga). TVE impuso que yo presentara ese programa. Fue un poco complicado, pero finalmente me pude integrar en el proyecto sobre la marcha y salió todo bien, porque Ramón tiene un modo especial de resolver las cosas. Él nunca te impone lo que debes hacer, deja que las cosas tomen su curso y que cada uno demuestre lo que es capaz de dar.

¿Eso fue por el 2002...?
Sí. “Desde La Laguna con humor” tenía al principio un 6, un 7... En unas pocas semanas el programa subió las audiencias de modo alucinante y hasta el punto en que ¡grabábamos dos programas por semana! Siempre le echo en cara a Ramón que él no quería a ninguna presentadora... Y ahora él me dice que no puede hacer el programa sin mí... (se ríe).

¿Y los niveles de audiencia actuales?
En estos últimos programas se ha incrementado una barbaridad. Una media arriba de 180.000 espectadores, brutal.

¿Desde el principio con los mismos compañeros?
Casi. Hubo un par de actores que pasaron, pero los demás somos los que somos.

Actores y presentadora: Recién pensábamos que el gancho del programa está justamente en ese contrapunto entre lo grotesco y lo bello... Porque el chiste se crea con lo que queremos ocultar o disfrazar...
Sí, en ese mundo de locos soy el personaje que pone un puntito de lucidez. Mi rol siempre es Eloísa y, sin ser actriz ni caracterizarme, formo parte de los mundos de los demás personajes; de Chona y de la pensión, con Ginés, con Carmela, con Josito “el negro”... Ellos disparatan y yo les pongo un poco de freno... Bueno, lo intento, porque no creas que siempre puedo. ¡A veces me superan!

Tu presencia representa el contacto con la realidad, eres la que corrige a los demás cuando se desbocan y hablan mal...
Claro, soy el punto de referencia para la gente. Si yo me divierto estoy plenamente segura de que la gente se lo va a pasar bien. Es que además me lo dicen: me río si tú te ríes. Creo que es porque se identifican conmigo y eso me parece fantástico. Siento que si tú entras en el mundo del disparate vendrías a buscarme para que te guíe.

¿Y en algún momento te gustaría actuar como un personaje más?
Al principio me hubiera horrorizado pensar en hacer algo para lo que no estaba preparada. Ahora hago alguna cosita: un día salí de rubia-platino y -muy pocos lo saben- pero la voz de la actriz que hace de madre de Chona es mía. Me verás así (hace un gesto tapándose los labios e imita la voz graciosa de una vieja).

Recién dijiste cuando yo me divierto la gente se divierte. ¿Eso quiere decir que hay momentos en los que no te diviertes?
No, siempre me divierto. Pero algunas veces más que otras.

Sí, pero ¿en qué momentos?
La verdad es que soy un poco mala, pero cuando los veo “apurados”. Cuando por ejemplo JuanCa dice: Chona, Chona ¡tengo un problema! es seguro que se le ha olvidado el texto. Claro. Yo me muero de risa, pero ellos no pueden reírse y sudan la gota gorda. Pasa a veces, pero en general nos tenemos aprendidas las ochenta o noventa páginas semanales del guión de arriba-abajo.

¿Qué técnica utilizas para prepararte los textos del guión?
Estudiando. Es el único modo. Todo de memoria y muy atadito. Es como cuando preparas un examen. Si no te sale bien es que no estudiaste lo suficiente. Yo siempre llevo los textos conmigo en el bolso, y muchas veces para nada. Seguramente es una manía porque a veces pienso que me los voy a aprender de sólo cogerlos fuerte... No, en serio, en cuanto tengo un ratito me pongo a estudiar.

¿Cuántas horas le dedicas a estudiar?
Todo este tocho me llevará unas cinco horas. A mí no me cuesta mucho.

Entonces de nervios, nada... ¿o después de tantos años todavía te traicionan?
Me lo pregunta mucha gente. Pues claro que salgo al escenario nerviosa. Siempre. La boca se me seca y ¡encima salimos cantando! Los nervios me traicionan tanto que a veces pienso en cambiar de trabajo... ¡Te lo juro! Imagínate lo que es el teatro abarrotado por un público de novecientas personas cantando la sintonía del programa, a los gritos y con palmas; es impactante, una locura, una pasada. Salimos todos al escenario a saludar y luego me dejan sola para presentar..., y yo ahí me quedo con todas esas emociones...

Pero tú has dicho repetidas veces que no podrías vivir sin el programa, que cualquier otro proyecto debe ser compatible con “En Clave”.
Mira, a mí me han propuesto más proyectos, sobre todo haciendo “Supermodelo” pero nunca dejaría “En Clave de Ja”. Primero, porque me gusta: es el proyecto con el que más disfruto y el que me ha dado un nombre para que la gente me reconozca, a mí y a mi trabajo. Y después, porque el programa funciona y está en su mejor momento. En realidad, llevamos nueve años y el programa siempre está mejor.

¿Qué tiene de especial?
Yo creo que el compañerismo y la amistad que nos une. Instinto Cómico es una gran familia que a su vez es una empresa, somos como quince personas. Nos queremos con locura, nos cuidamos y nos respetamos, y es seguro que eso el público lo siente. Y aparte, los guiones son buenos y todo el equipo es muy completo y talentoso.

Bueno, muchos cuentan que en televisión el ambiente es de rivalidad y envidia.
Imagínate lo que debe ser trabajar peleándote con alguien con quien echas tantas horas a la semana... Yo no lo aguantaría. Claro que no vas a ser amiga de todos, pero he hecho muchas otras cosas además de “En Clave de Ja” y nunca he vivido una situación así.

¿Cómo incide la crisis en la producción de humor?
Creo que hemos tenido y tenemos una gran suerte de seguir trabajando tan bien. Claro que la crisis se siente y se nos han recortado galas y presupuestos, pero somos afortunados.

¿La gente utiliza el humor más como terapia?
Estoy segura de que sí y lo sé porque nos dicen que sienta bien. Y también por la respuesta a las funciones que hacemos en hospitales, donde hay gente muy enferma y con motivos reales para quejarse. Incluso en el guión solemos inventarnos papelitos para incorporar a los alumnos de los colegios por ejemplo (dos de los actores son maestros), a bailarines, gente que puede aportar al programa. Y así echamos una mano, porque la vida está muy dura.

El humor es cosa bastante seria...
Pues sí, lo ves en estos casos. Participamos en todo lo que podemos y hacemos actos benéficos. Recaudamos fondos y nosotros no cobramos nada. Ahora será un acto de la Cruz Roja, después una acción contra el cáncer de mama; este viernes, una gala por una niñita que tiene esclerosis múltiple... La gente del equipo es generosa y nos vamos repartiendo.
Lo que yo pienso es que tengo mucha suerte porque las cosas me van bien y tengo que aprovechar para ayudar a los demás. Todo lo que podemos sin volvernos locos, si no no tenemos vida.

¿Qué repercusión tiene o puede llegar a tener el humor canario y sus humoristas fuera de las islas?
Hace tiempo que queremos exportar el humor que hacemos. Pero no hemos podido porque cuando no es Juana es la hermana... Ahora salió el proyecto de “La Revoltosa” y ya no pudimos descuidar todo lo que tenemos aquí para irnos a Miami o a Madrid. Probablemente será el próximo año, porque este verano también lo tenemos totalmente comprometido.

Además de hablar un mismo idioma, ¿la gente de distintos lugares nos reímos de las mismas cosas?
Es que el humor es una cosa universal. Nosotros nos reímos con Los Morancos, con Martes y Trece, con Cruz y Raya... Incluso con su acento. Creo que los canarios pecamos un poquito -o mucho- de acomplejados. Ya cuando me fui a Madrid a trabajar en “Supermodelo 2008” la gente aquí me felicitaba por no perder mi modo de hablar. ¿Pero cómo voy a hablar distinto si los demás me entienden perfectamente? ¿O pensaban que me volvería loca?

Aunque es cierto que tú hablas más rápido que el común de la gente...
¡Tanto que dicen que somos aplatanados...! No sé. Mi madre dice que tengo el nervio suelto, que soy muy nerviosa. En mi familia nadie más habla tan rápido.

Además de la actuación te gusta cantar...
Sí, me encanta cantar y cojo bastante bien las melodías. Empecé a tomar clases pero tuve que dejar porque mi profesora estaba en Añaza y yo no tenía carnet de conducir. Es un asunto pendiente. Cantar la cabecera del programa y la de “La Revoltosa” es un gustazo. Luego te pasan por el estudio de grabación, te arreglan y queda como que cantas de maravilla...

A nivel profesional has dicho reiteradas veces que te gustaría seguir creciendo y llegar a lo más alto que puedas. ¿En concreto?
Ahora tengo un entusiasmo nuevo y quiero estudiar Historia del Arte. Dime tú qué tiene que ver con mi trabajo... A nivel profesional aprendí muchísimo de mis compañeros en todos estos años, porque todos son actores. Es una gran experiencia. Con el tiempo he aprendido a hacer un silencio sobre el escenario, a saber hacer una pausa, a mirar al público. ¡Hasta hubo un director -cuando hacía un programa de música para gente joven- que una vez me amarró las manos para que no las moviera! Siempre decimos que la que más cambió del grupo he sido yo. Y sigo aprendiendo todavía.

¿Recibes bien las críticas?
Según lo que me digan. No le puedes caer bien a todo el mundo. Si me trincas con la buena hebra muchas veces sólo sonrío y no digo nada. Pero si critican a alguno de mis compañeros mi respuesta muchas veces ha sido: si no te gusta, cambia de canal. Pero te perderás de conocer a una persona excelente.

Bueno, esa sería la respuesta a una crítica destructiva...
Sí, esas las puedo contar con los dedos de la mano. Yo reflexiono con todo lo que me dicen, los consejos que me dan para mejorar el programa, todo lo traslado al director para que lo tenga en cuenta. Generalmente son cosas que te ayudan a mejorar. La gente es buena.

La belleza suele abrir muchas puertas sobre todo en un espacio tan expuesto como es el de la televisión. ¿Pero hubo algún momento en el que te hayas sentido encasillada?
No, y de hecho yo nunca escondo mis comienzos. Con dieciséis años ¿o diecisiete? -te juro que tengo un lío con las fechas- me presenté al certamen de Miss Icod de Los Vinos y gané el reinado. ¡Ahí tengo mi corona y mi banda tan guapa! Si vieras la cara de enana que tenía... A partir de ahí encadené una cosa con otra, me hicieron unas entrevistas, la gala fue grabada por las cadenas locales... Físicamente yo estoy contenta con lo que dios me dio, no me considero ni pibón ni nada, pero exploto lo que tengo lo mejor que puedo. ¿Pero de qué te vale ser guapa si tu trabajo no sirve? Soy consciente de que estoy observada, que la gente me critica, que me tiene “colgada en internet” y que lo de bonita alcanza sólo para un rato. ¿Sabes? Creo que a la gente le gusta lo que hago y eso es lo que me importa.

¿Has probado a googlear tu nombre en internet?
Sí, ya sé lo del escotazooo no sé qué... Mejor voy a enseñarlo todo ahora, antes de que se me caigan los pellejos (risas). Así que cuando hice la gala del 31 me volví loca: ¡ponme traje de fin de año! Apretada y escotada, el diseñador Juan Carlos Armas me preguntó si de verdad me animaba... ¡Por supuesto! Pero ¡qué frío!

Te gusta mucho la moda ¿no?
¿Te parece? Soy más de escarbar las rebajas y casi siempre voy en vaqueros. No soy una compradora compulsiva, soy más bien marujona y ahorradora. Las únicas cosas en las que gasto es en bolsos. Me pierden.

Desde hace años compartes tu vida con Ramón, el director de “En Clave de Ja”: ¿cómo lo concilias?¿Cómo llevas el convivir con quien también tienes una dependencia profesional?
Son más las ventajas que los inconvenientes, ¿sabes? Las cosas malas se hablan, y nosotros hablamos mucho. Yo estoy muy contenta. Creo que él es perfecto, tikismikis, muy preciso en sus pautas; es un tipo con el que es fácil llevarse bien. Y si encima nos entendemos bien en el trabajo y en casa, somos más que afortunados.

Sabemos que te gusta viajar, ¿prefieres un destino de aventura, la ciudad, la playa...?
Adonde vaya me lo paso bien. Estuve en Nueva York, un lugar tan fantástico que puedes volverte loca comprando porque está todo tirado de precio. Pero donde mejor me lo pasé fue en Galicia: comí tanto marisco que casi reviento. Cuando programamos los viajes me da igual adónde vayamos, tanto Ramón como yo no sabemos de cuánto tiempo podemos disponer. Tenemos que tomar vacaciones todo el equipo junto, para aprovechar las fechas de trabajo lo mejor posible. Eso sí, en verano nunca: se supone que ese es el momento del artista.