¿Lo consideras igual que estar casada o el matrimonio es importante para
ti?
Cuando pienso en casarme y en los preparativos me da la sensación que estoy preparando un sketch del
programa, porque interpretamos muchos enredos de pareja. Yo asocio el vestirme de novia con el programa. El día que lo haga de verdad,
voy a pensar que la cámara me está grabando. Pero yo seguro que sí me caso y hago una súper
fiesta.
Empezaste a trabajar con 17 años. ¿Cuál ha sido tu recorrido hasta llegar a lo más
alto?
Creo que me ha ido muy bien, no me puedo quejar. Empecé en una cadena local de Tenerife, donde salía cámara y micrófono en mano a hacer
reportajes de todo tipo buscándome la vida yo sola, lo me dio mucho rodaje. Luego pasé a TVE, sin
hacercasting ni
nada, para hacer conexiones en directo. Finalmente, he terminado en la televisión autonómica de aquí, además de participar en Cuatro,
en Supermodelo. He
ido subiendo poco a poco, trabajando mucho y yendo por el buen camino siempre. No me han regalado nada, aunque también he tenido mucha
suerte.
¿Cuál es la cara amarga de esta profesión?
Si te digo la verdad, todavía no se la he visto. Lo único es que hay que invertir muchas horas y, además, yo viajo mucho. Echas de
menos a tu gente.
Pese a ello, consigues tener una
relación estable.
Sí, además es que soy muy hogareña.
La fama, ¿es un lastre o una
consecuencia positiva de tu trabajo?
Sin duda, algo positivo. Aquí no vivimos la fama como en la península; en Canarias es todo mucho más tranquilo, no hay prensa rosa, no
te siguen… A mí, además, no me gusta ir a fiestas ni doy pie a que hablen de mi vida. Aquí se me acerca la gente muy amablemente, me
recuerdan momentos del programa… Ante todo, ha de haber respeto.
En
Canarias eres un ídolo. ¿Cómo crees que te has ganado el cariño del
público?
Metiéndome en casa de la gente cada domingo; te ven como de la familia. Yo
no es que sea simpática, pero sí soy bastante afable con todo el mundo y
muy alegre.
Con
'En clave de Ja' haces reír a muchas personas. ¿Qué significa el humor en
tu vida?
Lo más importante; hay que tomarse todo con humor, reírse y pasarlo bien.
Eso es una de las cosas más gratificantes de mi trabajo. La gente se olvida
de la crisis y de sus desgracias durante el programa y eso es lo que a mí
realmente me vale. Es una terapia para ellos y también para
nosotros.
¿Piensas
dar el salto definitivo a una cadena nacional o ese no es tu
objetivo?
Sencillamente, quiero estar donde esté bien. Siempre haría un proyecto que
me interesara fuera, pero compaginándolo con lo que tengo aquí, como cuando
hice
Supermodelo
en
Cuatro.
¿Te
costaría dejar Canarias?
Hombre, aquí se vive muy bien, tengo a mi familia… Aunque estamos muy cerca
y yo estoy muy acostumbrada a coger aviones
constantemente.
¿Qué
destacarías de tu tierra?
Hay tantas cosas buenas… El clima, la gente es muy amable, se come de
maravilla…
¿Qué
es para ti la belleza?
Pienso tan poco en eso… Creo que es un cúmulo de cosas, no solo lo que la
gente ve por fuera.
¿Lo
tuyo es pura
genética o
detrás de tu
espectacular
físico hay
muchos
cuidados?
Tengo buenos
genes porque
soy muy
comilona y voy
poco al
gimnasio. Ahora
me he comprado
unos aparatos
para hacer en
casa, pero aún
no sé ni cómo
funcionan. Por
otro lado, soy
muy nerviosa,
no paro y no me
tiro en el sofá
a ver la
tele.
¿Tienes
algún secreto
para estar tan
estupenda?
Si un secreto
es dormir, ese
es. Si me
dejas, puedo
dormir 15 horas
y no hay nada
que me
despierte.
¿Qué
significa ser
referente para
muchas
niñas?
Una
responsabilidad
muy grande
porque una
siempre intenta
estar a la
altura. Hay
muchas niñas
que se quieren
dedicar a la
tele y que me
piden consejo.
Yo les cuento
mi experiencia,
pero creo que
cada uno se
tiene que fiar
de su instinto
y, sobre todo,
hacer las cosas
con
cabeza.
Y
muchas te
copiarán a la
hora de
vestir…
Sí, pero eso sí
me gusta y me
hace gracia.
Como estoy
harta de verme
a mí misma, eso
me
divierte.
Siempre
estás expuesta
a miles de
miradas.
¿Alguna vez
sientes la
necesidad de
esconderte y
estar sola para
evadirte?
No, no, no.
Estoy metida en
este fregado y
no me molesta
la gente. De
hecho, me
encanta ir con
mi madre a
tomar un café a
la Plaza del
Charco, en el
Puerto de la
Cruz, Tenerife.
Es un lugar muy
concurrido y
turístico.
Además, aquí
todo es muy
tranquilo y,
cuando la gente
me mira, es
siempre con
mucha
complicidad, o
bien se parten
de risa porque
se acuerdan de
cosas del
programa. El
día que la
gente no me
mire, no me
sonría y deje
de decirme
cosas, lo voy a
echar de
menos.
¿Qué
te gusta hacer
cuando no estás
trabajando?
Leer, ir a la
playa y estar
con mis
animales –tengo
dos perros, dos
gatos, dos
conejos–. Parte
de mi tiempo lo
dedico a
recoger
animales de la
calle, voy a la
perrera, les
llevo sacos de
pienso…
¿Cuál
es tu meta
profesional?
Sencillamente,
seguir
trabajando
hasta que el
cuerpo aguante
y la gente
quiera seguir
viéndome.