Eloísa González

  

 

Con una amplia sonrisa, nos recibe en el Gloria Palace Royal Hotel & Spa de Gran Canaria, donde charlamos largo y tendido sobre su trayectoria, su vida y sus proyectos. Inició su andadura televisiva a los 17 años y, desde entonces, no ha parado de trabajar. A día de hoy es un ídolo entre los canarios, algo que no es de extrañar dada su simpatía, sencillez y humildad.

¿En qué momento profesional te encuentras?
En el mejor. Tengo dos proyectos en marcha,
En clave de Ja, con el que llevamos nueve años, y con la serie La revoltosa, que ha terminado a finales de marzo con un gran índice de audiencia. Esta es la primera ficción hecha en Canarias. No se puede pedir más.
¿Uno se acostumbra al éxito y se relaja?
No, al revés, tienes cada vez más responsabilidad. Nunca hay que confiar en que siempre te va a ir así de bien; hay que echar muchas horas y estar ahí, no dejar de pelear para que no decaiga.
¿En qué faceta te ves mejor, como actriz o como presentadora?
En clave de Ja abro y cierro el programa, pero el resto del tiempo interpreto un personaje. Es como llevar el teatro a la televisión; es una función de 90 minutos, una historia de principio a fin. Me estudio un guión de 95 páginas semanales, como cualquier actor. Pero me siento muy cómoda en ambas facetas.
¿Qué personaje interpretas en 'La revoltosa'?
Doy vida a Ana, una mujer cuyo conflicto es si se casa o no. En el último capítulo, por fin, pasa por el altar.
Y en la vida real, ¿has llegado a tener ese conflicto?
No porque, hasta el momento, estoy viviendo en pecado desde hace muchos años.

¿Lo consideras igual que estar casada o el matrimonio es importante para ti?
Cuando pienso en casarme y en los preparativos me da la sensación que estoy preparando un
sketch del programa, porque interpretamos muchos enredos de pareja. Yo asocio el vestirme de novia con el programa. El día que lo haga de verdad, voy a pensar que la cámara me está grabando. Pero yo seguro que sí me caso y hago una súper fiesta.
Empezaste a trabajar con 17 años. ¿Cuál ha sido tu recorrido hasta llegar a lo más alto?
Creo que me ha ido muy bien, no me puedo quejar. Empecé en una cadena local de Tenerife, donde salía cámara y micrófono en mano a hacer reportajes de todo tipo buscándome la vida yo sola, lo me dio mucho rodaje. Luego pasé a TVE, sin hacer
casting ni nada, para hacer conexiones en directo. Finalmente, he terminado en la televisión autonómica de aquí, además de participar en Cuatro, en Supermodelo. He ido subiendo poco a poco, trabajando mucho y yendo por el buen camino siempre. No me han regalado nada, aunque también he tenido mucha suerte.
¿Cuál es la cara amarga de esta profesión?
Si te digo la verdad, todavía no se la he visto. Lo único es que hay que invertir muchas horas y, además, yo viajo mucho. Echas de menos a tu gente.
Pese a ello, consigues tener una relación estable.
Sí, además es que soy muy hogareña.
La fama, ¿es un lastre o una consecuencia positiva de tu trabajo?
Sin duda, algo positivo. Aquí no vivimos la fama como en la península; en Canarias es todo mucho más tranquilo, no hay prensa rosa, no te siguen… A mí, además, no me gusta ir a fiestas ni doy pie a que hablen de mi vida. Aquí se me acerca la gente muy amablemente, me recuerdan momentos del programa… Ante todo, ha de haber respeto.

En Canarias eres un ídolo. ¿Cómo crees que te has ganado el cariño del público?
Metiéndome en casa de la gente cada domingo; te ven como de la familia. Yo no es que sea simpática, pero sí soy bastante afable con todo el mundo y muy alegre.
Con 'En clave de Ja' haces reír a muchas personas. ¿Qué significa el humor en tu vida?
Lo más importante; hay que tomarse todo con humor, reírse y pasarlo bien. Eso es una de las cosas más gratificantes de mi trabajo. La gente se olvida de la crisis y de sus desgracias durante el programa y eso es lo que a mí realmente me vale. Es una terapia para ellos y también para nosotros.
¿Piensas dar el salto definitivo a una cadena nacional o ese no es tu objetivo?
Sencillamente, quiero estar donde esté bien. Siempre haría un proyecto que me interesara fuera, pero compaginándolo con lo que tengo aquí, como cuando hice
Supermodelo en Cuatro.
¿Te costaría dejar Canarias?
Hombre, aquí se vive muy bien, tengo a mi familia… Aunque estamos muy cerca y yo estoy muy acostumbrada a coger aviones constantemente.
¿Qué destacarías de tu tierra?
Hay tantas cosas buenas… El clima, la gente es muy amable, se come de maravilla…
¿Qué es para ti la belleza?
Pienso tan poco en eso… Creo que es un cúmulo de cosas, no solo lo que la gente ve por fuera.

 

 

 

¿Lo tuyo es pura genética o detrás de tu espectacular físico hay muchos cuidados?
Tengo buenos genes porque soy muy comilona y voy poco al gimnasio. Ahora me he comprado unos aparatos para hacer en casa, pero aún no sé ni cómo funcionan. Por otro lado, soy muy nerviosa, no paro y no me tiro en el sofá a ver la tele.
¿Tienes algún secreto para estar tan estupenda?
Si un secreto es dormir, ese es. Si me dejas, puedo dormir 15 horas y no hay nada que me despierte.
¿Qué significa ser referente para muchas niñas?
Una responsabilidad muy grande porque una siempre intenta estar a la altura. Hay muchas niñas que se quieren dedicar a la tele y que me piden consejo. Yo les cuento mi experiencia, pero creo que cada uno se tiene que fiar de su instinto y, sobre todo, hacer las cosas con cabeza.
Y muchas te copiarán a la hora de vestir…
Sí, pero eso sí me gusta y me hace gracia. Como estoy harta de verme a mí misma, eso me divierte.
Siempre estás expuesta a miles de miradas. ¿Alguna vez sientes la necesidad de esconderte y estar sola para evadirte?
No, no, no. Estoy metida en este fregado y no me molesta la gente. De hecho, me encanta ir con mi madre a tomar un café a la Plaza del Charco, en el Puerto de la Cruz, Tenerife. Es un lugar muy concurrido y turístico. Además, aquí todo es muy tranquilo y, cuando la gente me mira, es siempre con mucha complicidad, o bien se parten de risa porque se acuerdan de cosas del programa. El día que la gente no me mire, no me sonría y deje de decirme cosas, lo voy a echar de menos.
¿Qué te gusta hacer cuando no estás trabajando?
Leer, ir a la playa y estar con mis animales –tengo dos perros, dos gatos, dos conejos–. Parte de mi tiempo lo dedico a recoger animales de la calle, voy a la perrera, les llevo sacos de pienso…
¿Cuál es tu meta profesional?
Sencillamente, seguir trabajando hasta que el cuerpo aguante y la gente quiera seguir viéndome.